El mole es uno de los platos más emblemáticos y deliciosos de la gastronomía mexicana. Es delicioso, versátil y no deja a nadie indiferente.
La historia, variedad de sabores y técnicas de preparación convierten al mole mexicano en un imperdible, si es que quiere experimentar la cocina auténtica mexicana.
Origen y significado del mole mexicano
El mole tiene un origen prehispánico, por lo que su historia es muy antigua. En aquellos tiempos se preparaban las recetas con mole con ingredientes locales, como el chile, cacao, algunas semillas que se daban en la zona y, por supuesto, especias. Luego, con la llegada de los españoles, el mole se transformó un poco, pero sin abandonar su esencia.
El vocablo “mole” proviene del náhuatl "molli", que significa "salsa" o "mezcla".
Variedades de mole mexicano
El mole está presente en todo el país, pero cada región mexicana le aporta variaciones a la receta. Los siguientes son ejemplos de las variaciones que se pueden encontrar del mole mexicano:
Mole poblano
Originario de la ciudad de Puebla, el mole poblano es posiblemente el más popular. El toque distintivo del mole poblano es el chocolate, que le da su color oscuro y sabor agridulce característico.
La siguiente es una receta de mole poblano:
Ingredientes:
- 4 chiles poblanos.
- 1 lb de tomatillos.
- 1 manojo de cilantro fresco.
- 1 cebolla.
- 2 dientes de ajo.
- 1 taza de semillas de calabaza.
- 1 taza de caldo de pollo o vegetal.
- Sal y pimienta al gusto.
- Aceite vegetal para freír.
Instrucciones:
Asa los chiles poblanos sobre una llama abierta. Colócalos en una bolsa de plástico y deja que se cocinen al vapor durante 10 minutos. Pela la piel, quita las semillas y pica los chiles.
En una olla grande, combina los tomatillos picados y el cilantro. Cúbrelos con agua y llévalos a ebullición. Cocina hasta que los tomatillos estén suaves.
En una sartén aparte, calienta un poco de aceite vegetal y fríe la cebolla picada y el ajo picado hasta que estén translúcidos.
Agrega los chiles poblanos asados, las semillas y los tomatillos cocidos a una licuadora. Mezcla hasta obtener una consistencia suave, agregando caldo de pollo o vegetal según sea necesario.
Vuelve a colocar la mezcla en la olla con la cebolla y el ajo. Sazona con sal y pimienta.
Cocina el mole poblano a fuego lento durante unos 20 minutos, revolviendo ocasionalmente.
Mole negro de Oaxaca
El mole negro es una joya culinaria de Oaxaca. Su preparación no es sencilla y requiere paciencia. Se compone de chiles secos, especias, tortillas quemadas, almendras, chocolate y más. El resultado es un mole de sabor muy profundo.
Mole verde
El mole verde es fresco y vibrante. Se elabora con chiles verdes, hierbas, semillas, epazote y tomates verdes.
Es ideal para acompañar pollo o cerdo. Su color verde brillante lo hace muy atractivo a la vista.
Ingredientes clave
- Chiles. Los chiles secos son la base del mole. Cada variedad aporta su sabor y picante característico.
- Especias. Canela, clavo, anís y comino se combinan para darle identidad a cada variante.
- Chocolate. El chocolate de mesa (con cacao y azúcar) se agrega al mole poblano y negro.
- Semillas y frutos secos. Almendras, cacahuetes, semillas y pasas añaden textura y sabor.
- Tortillas quemadas. En el mole negro, las tortillas quemadas espesan la salsa.
Platos populares en los que se incorpora el mole
- Pollo en mole. El pollo bañado en mole poblano es un clásico.
- Enchiladas de mole. Tortillas rellenas de pollo o queso, cubiertas con mole.
- Tamales de mole. Los tamales se envuelven en hojas de maíz y se cocinan con mole.
Importancia cultural y gastronómica del mole mexicano
El mole es más que una receta culinaria es un símbolo de la identidad mexicana. Además, por su carácter prehispánico, tiene mucho que ver con sus raíces.
En festividades, bodas y celebraciones, el mole está presente, recordando la esencia y características de México.
Por todo lo anterior, el mole mexicano es un elemento imprescindible de la cultura de ese país
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